Antologia

LA MISIONACION CLANDESTINA EN EL JAPÓN

Juan Ruiz-de-Medina*

Del 20 de julio de 1868 hasta el 8 de enero de 1870 más de 700 famí-lias de cristianos ocultos, incluidos ni-ños, fueron erradicadas de Nagasaki por el último gobierno del shogunado Tokugawa y por el primero del empe-rador Meiji después de la Restauración Imperial. En severas cárceles de 20 provincias, desde Toyama y Nagoya en el Japón central hasta Kagoshima en el sur, se amontonaron más de 2.400 personas. Cuando en 1873 se permitió que los supervivientes volvie-ran a sus tierras, seiscientas sesenta y cuatro personas, incluidos niños, ha-bían muerto de padecimientos, inani-ción y torturas físicas y mentales.1

Eran los últimos coletazos de la persecución del gobierno de los Tokugawa. Desde entonces pasó a la historia oficialmente2 Ia intransigencia religiosa en Japón, tiranía que a escala nacional duró de 1612 a 1873, cinco años después de la Restauración Imperial de Meiji. El cristianismo japonés dejó escritas asombrosas páginas martiriales. Sólo una parte de ellas, las anteriores a 1644, y pocas de épocas más recientes han llegado hasta noso-tros, aunque queda mucho por investigar en archivos locales de Japón.

OPOSICIÓN SISTEMÁTICA NOBUNAGA A FAVOR

Se suele dar por supuesto que la entrada del cristianismo en Japón desde 1549 fue relativamente fácil y quela crisis comenzó de repentecuando Toyotomi Hidey-oshi firmó en Hakata (hoy Fukuoka) el decreto de expulsión de los misioneros extranjeros.

Represetação setecentista martírio Nagasáqui de 1597. João Rodrigues é representado representado num dos dois padres, ao centro. (In"Chrónicas de Apostólica Provincia de san Provincia de San Grggorio", Mania,1774).

Otra tentativa tuvo lugar cuatro años más tarde. El obispo jesuita Pedro Martíns,26 llegó de Macao el 14 de agosto de 1596, como legado del virrey de la India. Su visita a Hideyoshi en noviem-bre también estuvo marcada por la pompa. El dictador, con calculado acto de hipocresía, permitió de palabra que los misioneros residieran en Japón, pero el 4 de enero de 1597 salió de la capital rodeado de soldados un grupo de 6 franciscanos, 3 jesuitas y 17 laicos para morir alanceados en la cruz en Nagasaki27 y la sentencia se cumplió el 5 de febrero. Más aún, en marzo Hideyoshi confirmó por escrito la orden de exilio de 1587.28

BREVE PARÉNTESIS DE INCERTIDUMBRE

Hideyoshi murió el 16 de setiembre de 1598 dejando un consejo de cinco regentes29 para la mino-ría de edad de su hijo. Pero había que extremar la prudencia. Cerqueira y el visitador se retiraron tem-poralmente a las islas de Amakusa en 1599 «para aprender la lengua». Los misioneros con Pedro Gómez a la cabeza siguieron en sus puestos y rehi-cieron algunas capillas en la zona de Arima.

Sorprende que durando aún la campaña de in-vasión de Corea30 uno de esos regentes, Mori Terumoto, famoso por su alergia visceral a lo cristia-no, mostrara deseos de tener padres junto a su castillo de Hiroshima.31 En realidad, antes de ser castigado en 1600 por su conducta en la batalla de Sekigahara y de ver reducidos sus dominios a los daimyados de Suo y Nagato, permitió por poco tiempo que Pedro Pablo Navarro recomenzara la iglesia de Yamaguchi.32

Los cristianos, sin misioneros, seguían fieles a su fe desde el tiempo de Xavier.33 Navarro visitó cada año a los fieles diseminados por los feudos de Suo, Nagato y Bungo.34 Pero en 1602 Terumoto ce-dió a las presiones de los bonzos y la misión se clausuró definitivamente. Tres años después cayron sus primeros mártires, precedidos por otros en el señorío de Higo, hoy Kumamoto, en la persecución iniciada por Kato Kiyomasa.35

«EDAD DE ORO» DE LA IGLESIA EN JAPÓN?

Lo dicho hasta aquí es sólo una estampa incompleta de lo que el viceprovincial Pedro Gómez pudo ver a su muerte en Nagasaki el 21 de febrero de 1600. Desde 1598 a 1604 los jesuitas bautizaron en todo el Japón unas 86.000 personas, y los francis-canos recogieron el fruto de sus primeros trabajos con 500 bautismos.36

La situación política era crítica. La ambición de los regentes los llevó a la batalla de Sekigahara el 21 de octubre de 1600, ganada por los seguidores de Tokugawa Ieyasu. Entre las víctimas de la venganza cayeron ejecutados varios cristianos de relieve, el principal de ellos Konishi Yukinaga Agustín. En 1601 Valignano escribió de esperanzas vanas y de que sólo en las ciudades de Nagasaki y Miyako se sentía cierta libertad de acción.37

Es cuestionable la opinión que califíca el pri-mer decenio del siglo XVII como «edad de oro de la Iglesia en Japón»,38 pues Ieyasu fue una copia fiel de su predecesor. Verdadeiro jefe del estado desde su victoria en Sekigahara antes de ser nombrado shogun, recibió mal en 1602 a los miembros de las órdenes mendicantes. Los jesuitas previeron la vuel-ta a los dias azarosos de Hideyoshi.

Cierto que Ieyasu «mostró al principio una actitud benévola hacia la lglesia y la ayudó positivamente en alguma ocasión»,39 pero no vio con malos ojos la persecución de Mori Terumoto en Suo--Nagato (1603),40 las de Amakusa y Bungo (1604), la de Satsuma (1606), Buzen (1611), o las ya crónicas de Higo y Hirado.41

En 1606 los edictos de Hideyoshi seguían en vigor, y probablemente nunca se derogaron. En 1609 murieron tres cristianos degollados en la isla de Ikitsuki, y en Yatsushiro otros cuatro, uno de ellos niño de 12 años y otro, llamado cariñosamente Pedrico a la manera española, de cinco.42

La viceprovincia jesuítica de Japón se hizo provincia con derecho pleno en 1611.43 El año si-guiente, 1612, fue una fecha clave para la historia de la Iglesia perseguida en Japón. Tokugawa Ieyasu en Suruga (hoy Shizuoka) y su hijo Hidetada en Edo (Tokyo) respectivamente se quitaron la máscara mostrando a las claras la aversión irracional que abrigaban contra la religión cristiana.44 Su ejemplo cundió sin tardar por toda la nación.

PERSECUCIÓN NACIONAL EXODO A MANILA Y MACAO

La carrera para aniquilar el cristianismo había comenzado, y sólo faltaba poner la firma al decreto definitivo. Ieyasu, shogun de facto por más que había abdicado en Hidetada en 1606, lo firmó el 27 de enero de 1614. Habían pasado 27 años desde el pri-mer decreto dado por Hideyoshi en Hakata.

Cópia contemporânea do decreto de Hideyoshi (um dos quinze expulsando os missionários do Japão), Julho de 1587. Museu Matsuura Shinjo, Hirado.

En Miyako se intimó el 14 de febrero de 1614.45 A toda prisa Gabriel de Matos escribió «una Apologia que entregue a los gobernadores de Miyako y Osaka. Partí de Osaka el 25 de febrero de 14 [ ]. Debemos esperar el otoño».46 De igual forma Diego de Mesquita hizo llegar otra apologia ai gobernador Hasegawa Sahyoe de Nagasaki.47 Ninguna de ellas tuvo efecto.

Los religiosos y sacerdotes que había enton-ces en Japón eran 149, de ellos 115 jesuitas, 15 franciscanos, 8 dominicos, 4 agustinos y siete sa-cerdotes diocesanos.48 Los proscritos se fueron re-ímiendo en Nagasaki desde marzo a octubre, y mu-chos de ellos aprovecharon la espera para -- ya en la clandestinidad -- visitar a los cristianos por tie-rras de la isla de Kyushu. De Nagasaki los enviaron el 28 de octubre de 1614 ai cercano puerto de Fukuda.49

Además de la nave oficial de Macao estaban fondeados varios juncos y en ellos partieron amon-tonados. EI primero, posiblemente el que se dirigía a Siam con escala en Macao, levó anclas poco antes dei 6 de noviembre, y de los jesuitas no pudo llevar sino a 3 padres y 3 hermanos.50 E1 resto se dividió en otros tres juncos que dejaron el puerto el día 6.51

En la nave de Manila iban 23 jesuitas -- de ellos 15 hermanos japoneses52 -- además de 25 (6 26) religiosos de otras órdenes, incluidas 14 religiosas de Miyako no Bikuni,53 el sacerdote japonés Tomé dos Anjos y un grupo de laicos, desterrados voluntarios. A Macao llegaron 62 jesuitas y 53 dojukus54 (de ellos 28 alumnos dei seminario) ade-más dei sacerdote japonés Paulo dos Santos.

EN LAS SOMBRAS DE LA CLANDESTINIDAD

En Japón quedaron en las sombras 27 jesui-tas, siete (ocho?) franciscanos, cinco dominicos, tres agustinos y cinco sacerdotes diocesanos japoneses,55 pero las autoridades destruyeron o volvie-ron a precintar todas las iglesias con la sola excep-ción de la Misericordia «para los comerciantes cristianos extranjeros».

Felipe II de Portugal (III de España) designó a tres franciscanos en legación oficial,56 Llegaron a Japón ai fin de 1615 y subieron a la capital, pero Tokugawa Hidetada les negó la audiencia, rechazó los presentes y detuvo a los legados hasta que los vientos permitieran la partida de las naves portu-guesas.57

En 1617 se publicó una nueva ley condenando a morir en la hoguera a los misioneros que fue-ran descubiertos y a sus hospedadores.58 En nomadismo constante, uno de ellos, Jerónimo de Angelis, visitó sigilosamente a los nobles de la corte desterrados en Tsugaru desde 1614.59 Luego le imitó Diego Carvalho por la misma zona, mientras los demás, varios de ellos llegados subrepti-ciamente a Japón, recorrían anualmente la totalidad de los sefioríos.

Los misioneros clandestinos y los cristianos conocían bien la peligrosidad dei momento. Como medida de prudencia no se alojaban más de diez días en las casas que los aceptaban. Unos vestían como «rapados» y otros como gente de armas.60

E1 18 de agosto de 1618 el visitador Francis-co Vieira, sin atender a la oposición de sus consultores, partió de Macao hacia Japón movido por el rumor de que Couros no era fiel a sus votos religiosos.61 En Japón tuvo el consuelo de constatar la falsedad de la acusación. Su visita a los misioneros y a las cristiandades se limitó a pasar de puerto en puerto en una pequeña barca.62

Los misioneros convertían el día en noche y viceversa.63 Días después escribía Couros que en todo Japón había 31 jesuitas (24 padres y 7 herma-nos, de los que 8 eran portugueses, 7 italianos, 5 japoneses) y daba cuenta de por dónde se movía cada uno.64 En 1618 Tokugawa Hidetada toleraba a los cristianos de Nagasaki porque no sabía que allí había padres, pues los gobernadores cristianos de la ciudad lo ocultaban,65 lo mismo que el daimyo pa-gano sucesor de Miguel de Arima.66 Pero en 1619 Heizo Suetsugu, gobernador apóstata de Nagasaki, hablando por el shogun Hidetada, trató de persuadir a los misioneros para que «por ser emisarios del rey» dejaran Japón voluntariamente. Hubo comerciantes portugueses, interesados sólo en sus nego-cios, que apoyaron esta idea.67

REFUERZOS CAMUFLADOS

En cambio el cuidado pastoral de los cristianos perseguidos movió desde 1615a religiosos, sacerdotes diocesanos y dojukus, a seguir inventando formas de burlar la vigilancia de autoridades y espías. Un ejemplo notorio fue la llegada de 11 fran-ciscanos, 4 dominicos y 2 agustinos en 1617.68

En cuanto a los jesuitas, el profesor Josef F. Schütte publicó en 1968 un minucioso esquema de entradas, salidas, martirios, óbitos y dimisiones de los religiosos, y de algunos dojukus expatriados que ingresaron en la orden al volver a Japón.69

El panorama no se ajustaba a las esperanzas. El 20 de setiembre de 1620 el daimyo de las provincias norteñas Date Masamune, que anos antes había engañado al franciscano Luis Sotelo con falsas promesas, lanzó un edicto contra los cristianos. La persecución comenzó el 27 de noviembre.70

El cerco se estrechaba en todo el Japón. En agosto de 1621 se proclamó en Nagasaki la pena de muerte para los hospedadores de los padres y casi todos los cristianos, excepto algunos pobres, se retraíran de albergar a los religiosos y a sus dojukus.71 A los delatores los premiaban con 130 cruzados.72 En Nagasaki unos 150 apóstatas se alia-ron para descubrir a los padres.73 Estos ayudaban en lo posible a las viudas y huérfanos de los mártires.74

En 1622 Hidetada abdicó el shogunado en su hijo Tokugawa Iemitsu. El sadismo oficial alcanzó las costas máximas durante su reinado. Ante sus ministros y ante embajadores extranjeros escuchó en 1634 la «Apología de la fe» escrita por Sebastián Vieira, condenado a muerte, y el shogun reconoció la inocencia de los misioneros. Pero se vendió a su camarilla cuando uno de sus ministros le recordó que había sido coronado shogun bajo el juramento de extirpar de Japón esa religión.75

CERCADOS EN NAGASAKI

En 1624 se prohibió salir de la ciudad de Nagasaki o entrar en Japón a los cristianos japoneses que no hubieran apostatado.76 Iemitsu, se negó a recibir a los legados de Manila, entre los que estaba el franciscano Luis Sotelo de vuelta de Europa, y declaró fuera de la ley el comercio con Filipinas desde 1625.77

A partir de ese año vigió en Nagasaki un nuevo decreto prohibiendo la conversión de adultos, el bautismo de los niños y la distribución del calendario cristiano. Este año no llegó a Nagasaki ninguna nave europea.78

En 1626 se obligó a los cristianos a declarar los ahorros que empleaban para negociar, práticamente congelados por la autoridad de Mizuno Kawachi. Desde entonces ningún cristiano pudo visitar las casas de los portugueses ni albergar a los mercaderes; y los «mecánicos» perdían el trabajo si no renegaban.79

Dice la carta anua de 1626:

«Sefueron para el cielo por vía del martirio el padre provincial Francisco Pacheco; el padre Juan B. Zola, rector; el hermano Sadamatsu Gaspar; y el padre Gaspar de Castro de enferme-dad»80 o como dice otro autor, de los muchos tra-bajos e incomodidades que padeció con tantas buscas, vueltas y revueltas.

Los espías buscaban con diligencia a los restantes, mayormente al viceprovincial Mateo de Couros. El mismo escribía así:

«Mandar on muchos soldados [] con orden de registrar todas las casas con el mayor rigor que pudiesen. Lo hicieron sin dejar cabaña ni choza ni establo ni pajar que no viesen y revolviesen [] [pero] ya de antes mi hospedador tenía preparada cierta cueva de la que ninguno de los otros sabía nada.

«Era de cuatro palmos de ancho y doce de largo. Aquí me metí con mi dojuku y el mozo de servicio sin luz ninguna. Al tiempo de comer y de rezar y cuando respondía a las cartas de los nues-tros se encendía la candela y enseguida de acabada la tarea se apagaba. La comida la metían por un agujero que abrían cuanto pedía la escudilla, apartando con la mano la paja de una pared de la choza vecina en la que vivía un viejo labrador, y enseguida se volvía a tapar. De tres en tres días se abría una vez la entrada de la fosa para algunas necesidades forzosas [ ]. Treinta y cinco dias estuve con mis dos compañeros en esta oscuridad [ ]. Des-pués el casero ideó en el extremo de la cabaña de al lado otra gruta de la misma largura y anchura [ ].

«Ahí estoy de día gozando de una poca luz que entra por un ventanillo, con la cual leo, escri-bo y como [ ]. No hago sino animar con cartas y recados a los cristianos, aunque ellos creen que estoy fuera, en las islas vecinas. Comúnmente se muestran con ánimo. Dios sabe lo que harán cuan do los lobos comiencen a meterse con ellos».81

Según Gianbattista Porro, en 1628 un grupo de cristianos desterrados de Nagasaki a Edo tuvo la suerte circunstancial de que «el shôgun viejo» Hidetada los protegiera. En cambio murieron que-mados un dominico y un franciscano con muchos cristianos.82

MÁXIMO RIGOR ANTICRISTIANO

En la estimación de Pedro Morejón, que escribía en 1631, los máximos rigores de la persecu-ción se sintieron, incluidas las zonas norteñas de Dewa, en los años 1629 y 1630.83 Pero los años que restaban del reinado de Iemitsu fueron todavía más duros.84

En 1633 murió el japonês Matsuda Miguel Pineda a los tres días de ser despachado por su casero,85 y al año siguiente sólo quedaban en Japón seis jesuitas, dos dominicos y dos franciscanos.86

Quedaba también, pero dimitido de la orden ipso facto, por su apostasía de la fe durante el mar-tirio, el viceprovincial Cristóbal Ferreira, y en 1635 el visitador Manuel Dias quiso y no pudo pasar de Macao a Japón para moverle a revocar su escándalo.87

En 1636 ya quedaban sólo cinco jesuitas: el provincial Gianbattista Porro y Shikimi Martino, Yuki Diogo, Kasui Pedro y Konishi Mancio, estos cuatro con faculdades para ocupar sucesivamente el mismo cargo apenas muriera el anterior.88

El 4 de agosto de 1639 se proclamó un nue-vo edicto que cerraba los puertos a las naves portuguesas, amenazando con castigos en el caso de que osaran acercarse.89 Las amenazas se cumplieron al año siguiente cuando llegó a Japón una legación de Macao. La sentencia de muerte de los cuatro legados y de 57 de su comitiva se ejecutó el 3 de agosto de 1640, no perdonando sino a 13 remeros, uno de ellos el coreano Miguel Carvalho, que el shogun devolvió a Macao en una barquichuela para testi-monio del hecho.90

1642 y 1643 fueron los años de las dos expe-diciones suicidas organizadas y capitaneadas por Antonio Rubino. Los diez jesuitas con varios laicos voluntarios fueron los últimos misioneros de cuyo martirio se tuvieron noticias precisas.91

"Carta do padre Lvis Froes da Companhia de Iesvs em a qual da relação das grandes guerras, alterações & mudanças que ouue nos reynos de Iapão (...)". Lisboa, 1589.

DESDE MACAO A LA MIRA

No por ello perdieron las esperanzas los jesuitas de Macao. Noticias no les faltaban aunque Japón estaba cerrado a proprios y a extraños: en 1648 supieron que el shogun Iemitsu estaba enfermo, «doudo» para más señias; que habían descu-bierto nuevas minas de plata; que holandeses y chinos iban a Nagasaki; que el gobierno japonés no admitió una embajada de Juan IV de Portugal.92 Y respecto de los cristianos supieron que Francesco Cassola y Pedro Marques aún vivían93 y que más de 2.000 japoneses habían sido expatriados.94 Cómica resultaba la noticia de que «Il tono di Nangasachi ha prohibito a gli olandesi allevar colombe, por dubitar ch' adorino lo Spirito Santo rapresentato nella columba».95

En 1647 los jesuitas de Macao quisieron be-neficiarse de una legación china a Japón en busca de ayuda contra los tártaros, pero ni los chinos ni los jesuitas lograron nada.96 La situación política sí estaba clara y el cronista jesuita da un resumen desde 1652: muerte del emperador, heredero menor de edad, rebelión en palacio, más de 3.000 muertos, etc..97

El dominico Vittorio Ricci, provincial de China, recibía cada año noticias de Japón, y siem-pre eran de martirios y heroicidades de los cristianos por conservar la fe, y lo que es más, por propagarla. En muchos lugares los fieles eran numerosos, y especialmente cerca de Kyoto había una ciudad llena de cristianos a los que cios reyes» japoneses no se atrevían a atacar.

El viejo portugués Pedro Valladares, antiguo residente en Japón, entregó el 19 de mayo de 1656 al jesuita Pedro Possevino una relación sobre las causas de la persecución.98 Al año siguiente el japonés Sosuke Miguel envió de Japón a Siam, una carta contando el encarcelamiento de 96 cristianos descubiertos en Omura y la ejecución de 830 paga-nos que no los habían delatado.99

MERCADERES, APÓSTATAS Y MÁRTIRES

Para los mercaderes de ultramar el requisito del efumi se suspendió en 1660,100año en que «huvo tal caristia en Nagasaki que llegaron los hombres a vendir mujeres y hijos. Lo que sabiendo el Emperador despachó muchas embarcaciones com provimento para la hambre, y plata para remir los cativos, con orden que fuesse degolado el governador por su tyrannía en tal tiempo».101Compasión ficticia, pues ese año murieron en Nagasaki 103 mártires, entre ellos varios niños de 8 y 9 años amarrados a las cruces de sus madres, y cierto número de samurais.102

En 1661 los martirios se redujeron a 18, «parte pendurados y parte degolados»,103 pero se-gún dijeron a Stanislao Torrente unos holandeses, testigos de vista, el año 1663 fue memorable por sus 350 cristianos martirizados.104

En el continente se supo también que la «Pax Tokugawa» se había quebrado en Kyushu al enfrentarse fieramente las huestes de los daimyos de Higo (Kumamoto) y Satsuma105(Kagoshima), guerra que sólo el soborno imperial pudo hacer ce- sar.106

En año 1664 «ouve em Nangazaqui hum incéndio aonde de setenta ruas só escapou huma, cousa que attribuírão a castigo do Ceo. No mesmo anno e na mesma cidade de Nangazaqui ouve mártyres de gente nobre, e por todos chegárão a trinta».107

UN CARMELITA Y UN JESUITA EN JAPÓN

Por Italia corrió en 1672 «l'apertura nuova del Giappone, il cui avviso ci ha tutti colmato di sí gran consolazione»,108 noticia por desgracia demasiado optimista; pero el 10 de noviembre de 1679 Mattheus Souterman, rector del colegio jesuita de Gorizia, escribió que un religioso carmelita le había comunicado «que uno de los suyos, ahora de vuel-ta en Europa, pasó por aquella región [Japonia], y que contaba que había encontrado allí a uno de nuestros padres escondido entre ciertos bárbaros [] y que por la salvación de aquel pueblo no se había retirado».109

Un mes después, estando aún en Coimbra, Antoine Thomas y Adam Weidenfeld decidieron ofrecerse para la empresa,110 como también lo habían pretendido anteriormente Ferdinand Verbieste y otros, mas no lograron pisar tierra japonesa. En 1681 sí llegaron a ella en una nave holandesa un franciscano y un agustino disfrazados de comerciantes, pero fueron identificados por los holandeses y entregados al shogun.111

MÁS VOLUNTARIOS

Las infaustas noticias anuales recibidas de Japón no desanimaban a los misioneros del continente ni a los numerosos voluntarios jesuitas de Europa, según se constata en fuentes inéditas.

Nuevas esperanzas surgieron en Macao y China al saberse que para 1684 ó 1685 llegaría otra legación japonesa a Pekín.112 En efecto, el empera-dor les concedió renovar la antigua costumbre de recibir en Pekín cada tres años una embajada de Japón limitada a tres naves. Pero ni Francisco Noël ni otros jesuitas pudieron pasar a las islas.113 Diez años después tampoco pudo harcelo Isidoro Luci.114

Las razones o sinrazones de la persecución anticristiana de Japón no estaban claras en China, y en 1701 el emperador envió a un mandarín de sangre imperial para indagar la causa de la expul-sión,115 sin otro efecto que constatarel status quo.

E1 científico jesuita Luis Gonzaga, destinado a la corte de Pekín, estando en Goa en 1707 se ofreció en vano para pasar de incógnito a Japón.116 En cambio lo logró el sacerdote siciliano Giovanni B. Sidotti, pero — igual que el franciscano y el agustino de 1581 — sólo para ser arrestado apenas llegado a la isla de Yakushima el 13 de octubre de 1708 y morir en inhumana prisión el 15 de diciem-bre de 1715 en Edo (Tokyo).117

En 1732 Manuel d'Abreu informó al general Francisco Retz que se estaba preparando para entrar en Japón en 1736.118 Un año después dos chinos fueron admitidos en la provincia de Jápon119 con el fin de penetrar a través de Corea. Puede que uno de ellos, ya jesuita, fuera el enviado en 1753/ 1755 en traje de mercader.120

Las florecientes misiones jesuíticas de todo el Asia oriental sufrieron en 1773 un golpe durísi-mo, programado conscientemente por la herejía jansenista, infiltrada incluso en influyentes oficios del Vaticano. La supresión de la Compañía de Jesúa por el papa Clemente XIV acabó con sus es fuerzos por la libertad de la comunidad religiosa de Japón, martirizada desde 1612 hasta 1873.

Por critério, decidimos publicar o texto na língua original. São da reponsabilidade da R. C. as legendas em Português.

NOTAS

1 Los mártires de esta última época corresponden a estas localidades: Kaga 5, Tsu 6, Toyama 7, Fukuyama 7, Matsuyama 8, Koriyama 9, Nara 9, Himeji 9, Matsue 10, Ueno 11, Iga 11, Takamatsu 14, Tokushima 14, Okayama 18, Hiroshima 40, Tsuwano 41, Kochi 42, Hagi 43, Tottori 45, Kagoshima 53, Nagoya 82, Wakayama 96, Kanazawa 104. V. Shinko no Ishizue. Urakami shinto sor yuhai 100 shunen kinen. Ed. Jikko Iinkai (Nagasaki 1969).

2 Digo oficialmente porque la sociedad japonesa siguió discriminando a los católicos hasta mediado el siglo 20, en gran parte debido a la agresividad de las religiones protestantes, máxime la denominación Baptista.

3 Para la historia de los 10 primeros años del cristianismo en Japón puede ayudar RDM Documentos del Japón 1547--1557, en adelante cit. D Jl, vol. 137 de la serie Monumenta Historica Societatis Iesu, Istituto Storico della Compagnia dí Gesù, Roma 1990.

4 «Los que fueren [a Japón] han de ser muy persiguidos, porque han de ir contra todas sus sectas y hanse de manifestar al mundo, y declarar cómo son engano los modos y maneras que tienen los bonzos para sacar dinero de los seculares [ ]. Han de passar trabajos, y por estas y otras causas muchas han de ser muy perseguidos en grande manera» [DJ1 doc 57 § 6-7].

5 El favor del joven daimyo Otomo Yoshishige a Xavier y a Baltasar Gago no impidió que el pueblo de Funai liderado por bonzos se manifestara con violencia contra los misioneros extranjeros, forzándolos a velar armados por la seguridad de la misión. En 1558 Gaspar Vilela fue expulsado de Hirado.

6 El primer contacto personal de este héroe nacional con los jesuitas fue posible por la ayuda de terceros en la primavera de 1569. El padre Luis Fróis y el hermano Lorenzo de Hirado obtuvieron entonces de Nobunaga la restitución de la residen-cia de Kyoto. RDM Origins of the Catholic Church of Korea from 1566 to 1784 according to unpublished documents ofthe period [edición inglesa de inminente publicación por Royal Asiatic Society, Seul, citado RDM Origins], 9 ODA NOBUNAGA DREAMS OF KOREA.

7 Francesco Pasio 4 oct. 1587, ARSI [Archivum Historicum Societatis Iesu, Roma] *Japsin 10 II 275. Cito los manuscritos de esta sección con la sigla *Japsin y n.º del códice.

8 No pocos miembros de la familia Oda se hicieron cristia-nos. Nobunaga mismo lo deseó, pero según Valignano [7 oct. 1581, *Japsin9I37v] se lo impidió su infidelidad conyugal.

9 Toyotomi Hideyoshi (1536-1598): cambió con frecuencia de nombre y de títulos. En Japón se le identifica hoy por Hideyoshi, de la familia Toyotomi, desaparecida en los pri-meros años del siglo XVII. Fróis da abundantes datos biográficos en su História de Japam (Lisboa 1976-1984) I-V. Breves pero minuciosas biografías de Nobunaga y Hideyoshi en PAPINOT E. Historical and Geographical Dictionary ofJapan. (Tôkyô 1982; cit. Papinot).

10 Fróis V 212.

11 El ascendiente de este ejemplar cristiano entre la nobleza de la capital motivó la suspicacia en Hideyoshi y le llevó a proclamar el edicto de expulsión de los jesuitas en 1587.

12 Ryosai Lorenzo (c. 1525-1592): de Shiraishi, aldea de la isla de Hirado. En su juventud fue trovador itinerante de laúd biwa hoshi, oficio muy apreciado en la sociedad japonesa, ejercido especialmente por ciegos o semiciegos como Lorenzo. Bautizado por Xavier en Yamaguchi en 1551, hizo vida comunitaria con los misioneros. Admitido en la orden en Funai, c. 1556 [DJ1 doc. 109].

13 Organtino Soldo, alias O. Gnecchi Soldo (1532-1609): jesuíta italíano, casi siempre mencionado por su nombre de bautismo, se firmaba en sus cartas autógrafas Organtino Soldo sin usar el apellido paterno. Estuvo en Japón desde 1570 hasta su muerte.

14 Alias Kuroda Yoshitaka.

15 Mori Terumoto, aunque adverso a la Iglesia, por consejo de sus tíos Kikkawa Motoharu y Kobayakawa Takakage accedíó a la petición de Kodera y admitió a los jesuitas en Yamaguchi [Fróis 7 oct. 1586, *Japsin 10 II 169 v]. Las tres residencias tuvieron una vida efímera al sobrevenir de repente en 1587 el decreto de la expulsión de los jesuitas. El mismo año murieron dos grandes bienhechores de la misión: Omura Sumitada y Otomo Sorin.

16 Fróis, 1 ene 1587, * Japsin 10 II 161v. Organtino tachó de indiscreto a Coelho, *Japsin 111 70v. Kodera, general en jefe que redujo la isla de Shikoku a la obediencia de Hideyoshi.

17 El ejército de Hideyoshi al mando de Kodera llegó cuando el noviciado y el colegio de Funai en pleno, cercados en el castillo de Usuki, habían escapado por mar en diciembre 1586 para acogerse en la residencia de Yamaguchi apenas recomenzada.

18 Antonino Prenestino, 20 jun 1587, *Japsin 10 II 263.

19 Pedro Gómez reflexiona que el 20 de julio Hideyoshi los engaño y el 25 del mismo mes se les abrieron los ojos [Gómez, 28 set 1587, *Japsin 10 II 264]. Pasio por su parte, y con él Fróis y Coelho, pensaban que Hideyoshi obraba con hipocresia desde mucho antes [Pasio, 4 oct 1587, Japsin 10 II 275].

20 Se dan mil razones, ocasiones y motivos que explican la repentina decisión de una psyche tan compleja como la de Hideyoshi. Organtino cree que le movió la ambición por el puerto de Nagasaki [28 mar 1607, *Japsin 14 II 278]. Para Valignano el decreto fue producto de la ira de Hídeyoshi atizada por el degenerado bonzo Tokuun Yakuin al fracasar en su reclutamiento de jóvenes cristianas para el harén de su amo [10 oct 1590, *Japsin 11 II 227 y 9 oct 91, ibid 245]. Según Antonino Prenestino, Tokuun Yakuin instigó a Hideyoshi por odio hacia Takayama Ukon [10 oct 1587, *Japsin 10 II 279cv]. José Luis Alvarez-Taladriz [cito TAL]alude a la envidia de Hideyoshi por la «fusta armada» de Coelho [TAL, Alejandro Valignano — Sumario del Japón 145]. Todos tiennen su parte de rázon, pero en fin de cuentas hay que dar la primacía a la obsesión de Hideyoshi por sublimar su complejo de inferioridad — admitido por él mismo con otros nombres — origen de la soberbia y suspicacía que le movieron a una serie de actos y determinaciones inexcusables.

21 Diego Pacheco, «Guión histórico de la cristiandad de Satsuma» en Boletín de la Asociación Española deOrientalistas (Madrid 1974) 32.

22 El 21 feb 1599 el obispo Cerqueira escribió que habían sido destruidos 137 casas y templos[* Japsin 20 II 57]. En 1603 [Nagasaki 12 enero *Japsin 20 II 153] resumió así las pérdidas de la Iglesia en las dos persecuciones de Hideyoshi y la subsiguiente de su valido Kato Kiyomasa, en el daimyado de Higo:

1ª 1587: el colegio de Funai y el noviciado de Usuki saqueados; 14 ó 15 residencias y 70 iglesias destruidas.

2ª 1598: el colegio, el noviciado, el seminario, las casas de Aríma, Omura y 54 iglesias destruidas.

3ª 1600:6 ó 7 residencias y 87 iglesias destruidas en Higo y Amakusa.

23 Fróis V 371.

24 Entre 1595 y 1598 el viceprovincial Pedro Gómez mandó a Macao una veintena de jesuitas a continuar sus estudios, algunos de ellos para ordenarlos de sacerdotes. Con ello quiso aparentar ante la autoridad civil su obediencia al decreto de expulsión.

25 João Rodrigues Tsuzu, jesuita portugués de Sernancelhe, era intérprete oficial (tsuji, tsuzu) ante Hideyoshi. A veces se le cita, con ortografía deformada, como Tçucçu, Tçuzzu, Tçuzu.

26 Consagrado obispo de Japón en 1592.

27 Pío IX canonizó a estos 26 mártires el 8 jun 1862.

28 Nuevo decreto enviado a Terazawa Masanari Agustín, gobemador de Nagasaki, fechado el 20 (.o 24) mar 1597. [* Japsin 53 143 v]. Schütte Introductio ad Historiam Societatis Jesu in Japoniam (Roma 1968, cit. Introductio) 734; V. RDM Origins, 14 OTHER JESUITS IN KOREA — FRANCISCO DE LAGUNA AND TAMURA ROMAN.

29 Llamados Gotairo. V. Papinot 129.

30 Empezó en mayo 1592 y los últimos soldados japoneses volvieron en enero 1599. RDM Origins 13 THE FIRST JESUITS IN KOREA; 14 OTHER JESUITS IN KOREA — FRANCISCO DE LAGUNA AND TAMURA ROMAN.

31 Según Valignano, 20 feb 1599 [*Japsin 13 II 258v].

32 Japsin 60 264v.

33 Francísco Vieira, 20 oct 1599 [*Japsin 13 II 325].

34 En los dominios de Kuroda Kanbyoe Simeon y su hijo Kuroda Nagamasa Damián (Kokura y Nakatsu, zona noreste de Kyushu) había desde antes otra fervorosa cristiandad siempre en crecimiento. En 1600 el feudo pasó a manos de Hosokawa (Nagaoka) Tadaoki, casado con Hosokawa Gracia y padre de varios hijos cristianos. A partir de 1611 fue un cruel anticristiano.

35 Kato Kiyomasa perdonó a la iglesia de Marco Ferraro en pago de la fruta que este le enviaba [*Japsin 14 II 192].

36 Carta de Francesco Pasio en 1604 [*Japsin 211 32].

37 Valignano, 15 y 16 oct 1601 [*Japsin 14 I 73 y 81v].

38 Schütte, «II primo annuncio della fede cristiana in Giappone», en La Civiltá Cattolica (Roma 1981 I) 334.

39 Schütte, l. c.

40 Mori Terumoto expulsó a Navarro y a un hermano y volvió a perseguir a los cristianos; pero el gobernador de la ciudad los favoreció en secreto y les permitió conservar la iglesia y la casa [Valignano 1603, *Japsin 25 74].

41 En 1603 hubo seis mártires en Yatsushiro, isla de Kyushu: dos degollados y cuatro crucificados y alanceados, entre estos últimos un niño de siete años. En 1605 hubo otro mártir en Yatsushiro y dos en Suo (Yamaguchi), y en 1608 uno más en Satsuma.

42 Marco Ferraro a Aquaviva, Macao 21 dic 1614 [*Japsin 16l 113]. HattoriPedrico, murió 11 ene 1609, tenía5 años y 2 meses.

43 El primer provincial fue Valentín Carvalho.

44 Ya en 1609-1610, con ocasión del asunto de la nave Nossa Senhora de Graça, de André Pessoa, Ieyasu «ouvindo dizer que ficárão alguns portuguezes em terra e outros escapárão, mandou que os matassem a todos & lhes confiscassem as fazendas, e que a todos os religiosos da Companhia desterrassem de Japão. E ainda depois que foi sabedor da queima da nao, morte do capitão e portuguezes, tornou a dizer que botassem os padres de Japão» [Schütte, Introductio 191], pero luego se ablandó por intercesión de Arima dono y para continuar el comercio con los portugueses. Sin embargo la persecución abierta de 1612enEdotuvootro origen: «Causa disto foi hum frade de S. Francisco; chama-se Luis Sotelo, o qual despois de o senhor de Japão te-lhes desfeita a sua igreja que tinhão em Yendo [Edo], e mandando que se fossem pera Nagasaqi, ainda que os dous outros frades se forão, elle não quiz ir-se, e não sóo isto, mas sem ter de ver com nada, alevantou huma igreja perto de Yendo. Souberão isto os gobernadores por boca de alguns (estes forão huns que tinhão resebido agrávio deste frade, como hum almocreve ao qual mandou espancar muito bem por lhe ser feito em pedasos hum buli de vinho, que com o mais fato levava no cavalo, e outros). Dixerão isto os gobemadores ao senhor, o qual se agastou grandemente e mandou que matassem os que tinhão dado prata por essa fábrica; e assi matarão 8 cabeças destes christãos. E depois, com esta occasião, ouve público bando que os christãos todos tomassem atras. Quasi todos assi fizerão. 20 que não quizerão retroceder morrerão honradamente mártires, por christão [sic]. Estas são as fazanhas dos frades com as quais vão molestando e inquietando a christandade. Mandão que o frade se va pera Nova Espanha. Ao que todos dizem, a christandade nunca se achou mais apertada nem com mores prohibições que nehum se faça christão» [Porro, Osaka 28 oct 1613, *Japsin 15II 316].

45 Val. Carvalho, marzo 1614, *Japsin 15 II 323v. Schütte, Introductio 914 *Exilium praeconum Fidei.

46 Gabr. deMatos, Nagasaki21 mar 1614, *Japsin 16II 56v.

48 Los jesuitas eran 114, pues Diego de Mesquita murió dos días antes de partir las naos. Sobre el clero diocesano v. Schütte, Textus Catalogorum Japoniae [vol. Ill de Monumenta Historica Societatis Iesu [MHSI] (Roma 1975) cit. Catálogos]706 n.º 18.

49 Jerónimo Rodríguez, 22 dic 1614, *Japsin 16 I 87.

50 Según Alfonso de Lucena eran ocho. V. en Schütte, Catálogos 559 y 574-578 un minucioso estudio del destierro de 1614.

51 Las cartas que dan las fechas de partida de las naves tienen divergencias accidentales. V. Schütte l. c.

52 Gaspar de Castro con dos jesuitas más llegaron el marzo siguiente en la nave del trato. V. Schütte ibid.

53 Llamadas también Beatas de Miyako. RDM Origins 19 THE KOREAN PROTOMARTYR HACHIKAN JOAQUIN.

54 Dojuku: «Dôjucu. Moços, ou gente rapada que serve aos Bonzos nas teras» [Vocabulario (Nagasaki 1603)]. Los jesuitas adoptaron la palabra para identificar a célibes nativos comprometidos con la orden religiosapara el apostolado. Dojuku indica un estado de vida mientras que catequista indica un oficio u ocupación. La mujer podía ser catequista pero no dojuku. V. RDM «El neologismo "dojuku" — datos históricos», en las Actas del Congreso Portugal e Japão no século XVI e princípio do século XVII, Colonia, 29 ene — 3 feb 1991.

55 Jerónimo Rodríguez, 2 mar 1615 [*Japsin 16 I 176].

56 Diego de Santa Catalina, Bartolomé de Burguillos y el lego Juan de San Pablo.

57 Porro, 21 jul 1616, *Japsin 16 II 316.

58 Francisco Vieira, 6 nov 1617, *Japsin 17 105.

59 Cristóbal Ferreira 29 dic 1617, *Japsin 17 116v. Tsugaru está en el norte de Japón.

60 Couros 8 oct 1618, *Japsin 35 84. «Rapados» es el térmico que se usaba para denominar a laicos dedicados al servicio de los v. p. 22 bonzos, y por extensión a los mismos bonzos.

61 Francisco Vieira, 22 set 1618, *Japsin 17 158, y 15 feb 1619, *Japsinl7 239.

62 Porro, 2 feb 1620, *Japsin 17 269v.

63 Rodrigues Giram, 10 ene 1618, *Japsin 17 126.

64 Couros, 25 feb 1618, *Japsin 35 77.

65 Couros, 25 feb 1618 [*Japsin 35 81]. Juan Rodríguez escribió el 20 ene 1619 que el gobernador de Nagasaki disimulaba con 4 ó 5 padres que recorrían Arima, Chikugo, Higo, Hyuga y Amakusa [*Japsin 17 222].

66 Francisco Pacheco, 5 mar 1618, *Japsin 36 114.

67 Couros, 15 set 1619, *Japsin 35 102.

68 Couros, 20 mar 1620, *Japsin 35 140.

69 Schütte, Introductio 348-366.

70 Según Couros 15 mar 1621, *Japsin 37 180v.

71 Vieira 13 feb 1619, *Japsin 17 234.

72 Vieira 15 feb 1619, *Japsin 17238; 30 monedas de plataa los delatores, Navarro 29 set 1621, *Japsin 36 65.

73 Couros 16 mar 1621, *Japsin 37 199v.

74 Couros 28 set 1621, *Japsin 37 203 v.

75 Arch. Postulación de Ia Compañía de Jesús, Roma, Copia PublicaTransumptiProcessus... Sebastiani Vieira, ff82v 91 etc.

76 Jerónimo Rodríguez 10 dic 1624, *Japsin 18 I 42. Couros, 20 feb 1625, *Japsin J 7 225.

77 Porro, 15 oct 1624, *Japsin 18 í 38v.

78 Couros 24 feb 1626, *Japsin 37 233.

79 Couros 5 oct 1626, *Japsin 37 238, Con todo, en alguna comarca bastaba no llevar en público insignias religiosas.

80 * Japsin 63 SI.

81 *Japsin 63 82. se ha dicho que a los cristianos los redujeron civilmente al estado social llamado «Ia cuarta clase», eta, burakumin y otras expresiones que en lenguas occidentales equivale a parias, todavía superiores a los hinin (no personas, ex-convictos y semejantes). Eso es tan inexacto como Ia tenden-cia a considerar a esta cuarta clase como compuesta por los antiguos prisioneros de guerra coreanos o cautivos en Ias frecuentes razzias que los corsarios japoneses efectuaban en Ias costas de Corea, China y en Ia península de Indochina.

82 André Palmeiro, *Japsin 161 11 105. En 1621 Hidetada ordenó no devolver padres a Manila o a Macao por temor a perder el comercio [Pacheco, 13nov 1622, *Japsin38 127].

83 Carta del 15 jun 1631, *Japsin 18 l 97 y 104. Pedro Morejón, de Medina del Campo (Valladolid), murió en 1639.

84 Hidetada murió en enero 1632, pero su hijo Iemitsu mantu-vo el secreto al menos hasta el 4 nov 1632 [Benito Fernandes, 4 nov 1632, *Japsin 35 184]. lemitsu reinó de 1623 a 1651.

85 Palmeiro 4 ene 1634, *Japsin 21 III 346.

86 Palmeiro, 20 mar 1634, *Japsin 18 I 145v.

87 Manuel Dias 18 jun 1635, *Japsin 18 II 227.

88 Manuel Dias 30jul 1636, *Japsin 18 II 254. En realidad Yuki Diogo había muerto en Omura el 25 feb 1636, y Kasui y Konishi murieron en 1639.

89 Antonio Rubino, 2 nov 1639, *Japsin 38 212.

90 Relación de Ia muerte de los legados, por Antonio Rubino, 30 set 1640, *Japsin 38 226; v. RDM Origins 30 RUBINO, AMARAL AND THE KOREAN MIGUEL CARVALHO.

91 VOSS Gustav y CIESLIK Hubert. Kirishito ki undSayo Yoroku. Japanische Dokumente zur Missionsgeschichte des 17. Jahrhunderts(Tokyo 1940)VIII-234. Vol l d e Monumenta NipponicaMonographs.

92 En enero 1644, Japsin 123 204v.

93 Francisco Furtado, 22 abr 1647, *їapsin 123 156-7 Tonkín. V. *Japsin 22 340-346. Cassola murió martirizado antes de noviembre 1644, retractando su involuntaria apostasía, y Ia noticia se referia propriamente a Giuseppe Chiara, quien murión más tarde en Ias mismas circunstancias.

94 Carta Annua de 1648, *Japsin 161 II 341.

95 Giovanni Filippo de Marini al general Vicente Garrafa, Tonkín 2 may 1649, *Japsin 18 284, al margen.

96 * Japsin 123 202. Martino Martini el set 1652 avala el testimonio de un luterano austriaco llamado Henricus Frayentius [sic], según el cual todavía en 1650 dos jesuitas sufrían heroicamente los tormentos casi todos los meses en Ia cárcel de Edo. En Japón no había más «apóstata» que el anciano ex-jesuita, Cristóbal Ferreira [* Japsin 22 355], finalmente mártir.

97 *Japsin 64 304.

98 *Japsin 29 351.

99 *Japsin 162 49.

100 En 1655-1656 todavía se obligaba a los cristianos al efumi. Ia prueba de poner el pie sobre una imagen sacra fumie en señal de apostasía, * Japsin 162 121-122 125 v 128 v. La tregua del efumi parece que duró hasta 1671 [v. Juan B. Maldonado al general Juan Paulo Oliva, Macao 20 dic 1671, Pontifícia Univ. Gregoriana de Roma, *cod. 292 570 67-68], pero en 1696 se había renovado [Juan Antº de Arnedo, * Japsin 68 273] y en 1716 seguía en vigor [* Japsin 22 450].

101 *Japsin 124 46v.

102 * Japsin l. c.

103 * Japsin ibid.

104 * Japsin 162 93-94. «Hum olandez que vejo com outros a Fokien, provincia da China, contou que véspora [ms corr. en «pelo tempo»] da Ascenção do armo de 663 forão martyrisados em Nangazaqui trezentas pessoas, e se dizia que avia em Japão agora mais christãos do que ouvera em tempo de pax, o que bem pode ser em caso que os filhos e nettos dos que então avia recebessem o sancto baptismo e fossem instruidos nos mistérios de nossa santa fee pellos pais e avôs christãos de que descendem» [*Japsin 64 402v].

105 El ms dice equivocadamente Massamune.

106 *Japsin 124 46v.

107 *Japsin 64 402v.

108 En set 1675, ARSI *Med33 323.

109 Mattheus Souterman, 10 nov 1679, *Japsin 19 87.

110 Waldenfeld, Coimbra 18 dic 1679 [* Japsin 19}. Antoine Thomas fue llamado a Ia misión china. Estando en Coimbra consiguió del general de Ia orden derivar su ruta hacia el impenetrable Japón, mas no pudo realizar Ia empresa [* Japsin 103 225v].

111 Japsin 163 139. Cincuenta anos antes había ocurrido otro caso semejante con un dominico y un agustino, * Japsin 191 74.

112 Miguel Vaz, Macao 21 nov. 1684, *Japsin 163 253.

113 François Noël, Cantón 13 oct. 1685, *Japsin 163 304.

114 Isidoro Lucci, 3 nov 1694, *Japsin 82 388 y 392.

115 Antoine Thomas a los jesuitas de Ia Viceprovincia de China, Pekín 17 dic 1701, * Japsin 167 217. En 1692 el emperador K'ang Hi publicó un edicto en favor de Ia Iglesia Católica pero hasta 1711 no les permitió edificar una iglesia en Shengyang, capital vecina a Corea. V. RDM Origins, Chronology 1692 y 1711.

116 Goa 14 mayo 1707, *Japsin 170 173.

117 RDM Origins 38 THE EVANGELIZATION OF KOREA FROM INTERNATIONAL WATERS.

118 Manuel d'Abreu escribió al general Francisco Retz que iria a Japón «post quadriennium». Macao 15 dic 1732, * Japsin 3725. No consta que entrara en Japón.

119 No en Ia Viceprovincia china [*Japsin 181 94].

120 Pontificia Univ. Gregoriana de Roma, cod. 292 595-607. Notizie delle Missioni Asiatiche 596.

*Historiador, especialista de assuntos do Japão (onde viveu vinte e sete anos) sobretudo em temas da Missão do Japão. Desde 1981 é membro do Instituto de História da Companhia de Jesus, de Roma.

desde a p. 171
até a p.